Conectando a los jóvenes con la naturaleza

Alumnos del Taller en Monte Carmelo NC, octubre 2023

Por Grazia Rabasa

En nuestro continuo compromiso con la conservación del medio ambiente, A Rocha Perú se complace en compartir algunos de los avances de nuestra última iniciativa, el proyecto de Conservación del Patrimonio Natural y Cultural de la Amazonía.  Un aspecto central de nuestro proyecto es la importancia de preservar la selva amazónica y el rico patrimonio cultural del pueblo Machiguenga.  

Taller Eco-club de creación de máscaras de aves, agosto 2023

Uno de los objetivos de nuestro proyecto es aumentar la consciencia Ambiental entre las generaciones más jóvenes sobre la conservación de la selva, la flora y la fauna. En 2023, el proyecto piloto creó un ecoclub llamado Bosque de Katsari en la escuela primaria de Monte Carmelo.  El ecoclub ha proporcionado a 66 estudiantes entusiastas una plataforma para participar activamente en los esfuerzos de conservación del medio ambiente.  A través de una serie de talleres, que incluyen descubrir el mundo de las aves, conocer los bosques tropicales y debates sobre la deforestación, estamos capacitando a estas mentes jóvenes para que se conviertan en defensores de su entorno.

Puente de acceso al bosque infantil de Katsari, agosto de 2023

Además, nuestro proyecto va más allá de la educación y ofrece soluciones prácticas, como la construcción de un puente para acceder a los Bosques de los Niños.  Este puente no sólo facilita a los niños la exploración del bosque, sino que también simboliza nuestra dedicación a fomentar una profunda conexión entre las comunidades y su entorno natural.  Al empoderar a las comunidades, preservar el patrimonio cultural y salvaguardar la biodiversidad, estamos sentando las bases de un futuro sostenible tanto para las personas como para el planeta.

Un viaje por Pacasmayo

Grazia con los voluntarios de la Universidad de Trujillo, Milagros y Ciro

Un viaje por Pacasmayo: plantando semillas de esperanza y sostenibilidad

Por: Grazia Rabasa

Milagros mostrando las cestas elaboradas desde la Asociación de Artesanas del Bosque del Cañoncillo

Pacasmayo, un pintoresco pueblo costero en el norte de Perú, es tradicionalmente reconocido por sus hermosas playas y sus habitantes de buen corazón. Sin embargo, durante mi reciente visita a Pacasmayo, no sólo admiré su riqueza natural y sus vistas panorámicas, sino que participé en una experiencia verdaderamente transformadora. Como miembro de A Rocha Perú, mi misión en Pacasmayo fue capturar verdaderamente la esencia y misión de A Rocha Perú a través de mi cámara mientras participaba en las actividades del día a día del Proyecto Bosque Seco con las comunidades locales.

Al llegar, la emoción en el aire era palpable. El equipo de Rocha – Ciro y Andrea – me recibieron con sonrisas y brazos abiertos, compartiendo amablemente historias del querido pueblo de Pacasmayo y los desafíos que enfrenta. Nunca había experimentado tanta hospitalidad. ¡Niños, jóvenes y personas mayores me recibieron en sus hogares y generosamente me regalaron paltas, sandías, atunes y otras frutas peruanas de sus jardines! Esta fue una experiencia que llego como lección de humildad. Hoy, al recordar mi paso por Pacasmayo, pienso en lo que me dijo una de las mujeres mayores del pueblo cuando visité su casa. Ella dijo: “Niña, estas frutas son de mi jardín, es gratis para mí… Me encanta cuando la gente me visita… si pudiera, te daría más, pero esto es lo que la temporada me ha dado hasta ahora”.

Otro punto destacado de mi viaje fue visitar el hermoso bosque seco. Ciro, Andrea y yo nos levantamos temprano en la madrugada, alrededor de las 4 am, para experimentar el poderoso amanecer y capturar la majestuosidad de la naturaleza al despertar. Es sorprendente cómo algunos lugares tienen el poder de conmover y llevar a la introspección y despertar un propósito latente dentro de nosotros. Ese día, entre las siluetas de árboles centenarios, los susurros del viento y el canto de miles de pájaros, sentí una profunda comprensión de la importancia de ofrecer nuestro tiempo al mundo de forma voluntaria. El bosque seco, con sus árboles retorcidos y el ocasional susurro de criaturas invisibles, pintaba una historia de resistencia. Había sobrevivido a las peores adversidades climáticas y, sin embargo, su belleza era innegable. Pero más que su atractivo estético, fue un testimonio del tejido entrelazado de la vida que prospera a pesar de adversidad. Sin embargo, si bien era un espacio de resiliencia, también era un ecosistema al borde del abismo, vulnerable a la explotación y la negligencia humanas.

Ciro explicando a los voluntarios cómo plantar algarrobos

Mientras continuaba mi camino de regreso, sugerí que organizáramos una siembra. A Rocha Perú emprendió esta misión con la ayuda de jóvenes voluntarios de la Universidad de Trujillo.  Al día siguiente, plantamos alrededor de 20 árboles de algarrobo que no sólo ayudaron a combatir la desertificación, sino que también ayudarán a restaurar el ecosistema local. Cada hoyo cavado y cada semilla plantada era un símbolo de esperanza. Todos asumieron la tarea con un entusiasmo entrañable, incluida una princesa de 5 años que ayudó a colocar suavemente cada árbol en la tierra.

De regreso a la carretera sugerí nuevamente hacer una campaña de concientización casa a casa. Para lo cual visitamos un pueblo y entregas una bolsa de basura y un mensaje sobre el cambio climáticos. Me conmovió la naturaleza receptiva de los vecinos. Usando un lenguaje simple y ejemplos identificables, discutimos cómo el calentamiento del planeta afecta todo, desde sus chacras locales hasta la salud de sus hijos. Muchos expresaron preocupación genuina y quisieron saber más sobre cómo podrían hacer una diferencia.

Cuando mi viaje en Pacasmayo llegó a su fin, me invadió una profunda sensación de gratitud. La experiencia había sido profundamente transformadora. Llegué a Pacasmayo como forastero, con la esperanza de lograr un cambio positivo. Pero al final, la comunidad me había aceptado como uno de los suyos, enseñándome lecciones invaluables sobre la resiliencia, la esperanza y el espíritu humano inquebrantable.

La transformación de un comedor popular

Mujeres del comedor popular Micaela Bastidas (Imagen de C.Flores, octubre de 2022)

A finales de 2021, A Rocha Perú puso en marcha una iniciativa con el pastor José Guzmán de la Iglesia Casa de Oración de Pacasmayo, en el norte de Perú, para implementar un comedor comunitario en San Demetrio. El comedor popular Micaela Bastidas se enfrentaba al reto de mejorar su modesto local. En respuesta, A Rocha Perú instaló una cocina mejorada para la autosuficiencia, creó un biohuerto y un espacio para la cría de animales menores; además, se agregaron actividades de educación medioambiental.

La colaboración resultó ser un importante catalizador que inspiró al gobierno local y a las empresas a involucrarse y complementar esta labor de mejora de infraestructura y proporcionando una cisterna de agua. Gracias a estos esfuerzos combinados, la cocina comunitaria Micaela Bastidas se transformó. Se convirtió en un centro comunitario dirigido por mujeres locales comprometidas con la preparación y el servicio de comidas nutritivas diarias a 28 familias, conformada por 120 adultos y niños. Este inspirador ejemplo de trabajo comunitario muestra el impacto multiplicador que A Rocha Perú está teniendo en las comunidades a las que sirve.

El proyecto Iglesia Verde se traslada a Lima!

Grecia Valdivia (izquierda) y beneficiarios del proyecto Iglesia Verde (Imagen: Marzo 2023)

El proyecto Iglesia Verde se trasladó a Lima este año y trabajará en las afueras del distrito de Lima.  El proyecto de A Rocha Perú está asociado con GZB y la Iglesia Betel de Lima, una iglesia presbiteriana dirigida por el pastor Elmer Laura Quiñones.  Grecia Valdivia coordina las actividades como nueva responsable del proyecto.  Alineado con el Programa de Cuidado de la Creación, pretende concienciar y sensibilizar a pastores, líderes, miembros de la comunidad y de la iglesia sobre la importancia de la conservación y preservación de la Creación de Dios.
El proyecto trabajará directamente con unos 80 beneficiarios.  Esto incluye a miembros de la iglesia, la Red de Jóvenes Presbiterianos del Perú y el Club de Madres Sarita Colonia.  El proyecto impartirá talleres presenciales sobre compostaje, cuidado de las plantas en el hogar y reciclaje. Para la red de jóvenes, el proyecto impartirá un curso virtual sobre los retos medioambientales de nuestro tiempo, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación ambiental. Además, el curso enseñará la importancia de la conservación y restauración de los ecosistemas y cómo podemos colaborar para proteger el medio ambiente y mejorar la calidad de vida de nuestras comunidades.

Rumbo a la sostenibilidad

Taller de apicultura, diciembre 2022

Un logro del Proyecto Bosque Seco de La Libertad este último año ha sido la instalación de colmenas en el bosque de Tronco Prieto, donde las abejas se alimentan de los algarrobos en flor.  Las abejas desempeñan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad al polinizar las flores silvestres y ayudan a conservar el bosque seco.  Con un apicultor especializado, el equipo del proyecto exploró el bosque seco de Tronco Prieto y se reunió con el Grupo de Conservación Muchick para estudiar la posibilidad de instalar colmenas. Más adelante, el proyecto organizó dos talleres de apicultura para la comunidad local.  Los colmenas instaladas serán monitoreadas por las personas capacitadas en los talleres.  La iniciativa apícola va por buen camino: en enero produjo 12 litros de miel orgánica.

Rumbo a la sostenibilidad

Taller de apicultura, diciembre 2022

Un logro del Proyecto Bosque Seco de La Libertad este último año ha sido la instalación de colmenas en el bosque de Tronco Prieto, donde las abejas se alimentan de los algarrobos en flor.  Las abejas desempeñan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad al polinizar las flores silvestres y ayudan a conservar el bosque seco.  Con un apicultor especializado, el equipo del proyecto exploró el bosque seco de Tronco Prieto y se reunió con el Grupo de Conservación Muchick para estudiar la posibilidad de instalar colmenas. Más adelante, el proyecto organizó dos talleres de apicultura para la comunidad local.  Los colmenas instaladas serán monitoreadas por las personas capacitadas en los talleres.  La iniciativa apícola va por buen camino: en enero produjo 12 litros de miel orgánica.

Sembrando semillas para el cambio

Actividades de jardinería en la escuela secundaria de Tecapa (C.Flores, julio de 2022)

El Proyecto Bosque Seco La Libertad sigue concienciando a escuelas e iglesias sobre el medio ambiente. Este año ha ampliado sus charlas educativas y actividades de jardinería a tres escuelas e iglesias, entre ellas la iglesia Calvary Chapel. El proyecto inspira a las generaciones más jóvenes para que se conviertan en embajadores del medio ambiente, ayudándoles a reconectarse con la naturaleza y mejorando los conocimientos sobre conservación. La iglesia Calvary Chapel, dirigida por el pastor Renzo Plasencia Moscoso, está situada en Pacasmayo.   Desde abril, el proyecto ha realizado más de 22 talleres y actividades con adultos y niños de la congregación de la iglesia Calvary Chapel. Las charlas han incluido diversos temas como el estado del planeta y su biodiversidad, el consumo responsable y el desarrollo sostenible del medio ambiente, los residuos sólidos, la importancia del bosque seco y los huertos ecológicos. En julio, la iglesia comenzó a crear su huerto llamado El Buen Fruto. Los responsables de medio ambiente aprendieron buenas prácticas como el riego casero, el compostaje y la plantación de hortalizas. Prepararon la tierra, nivelaron y limpiaron el terreno, y han empezado a crear un centro de interpretación.

Creación de artesanía autóctona con recursos forestales

Artesanas del Bosque de Cañoncillo: Marina Huiman Navarro, Milagros Campos García, Teodora Arroyo Álvarez (Imagen de Xavier Saer, julio 2022)

El Área de Conservación Privada Bosque Natural El Cañoncillo cuenta con tres lagunas: Gallinazo, Larga y Cañoncillo. La maleza y los arbustos crecientes han estado oscureciendo la vista de los visitantes de una de las lagunas, Gallinazo.  Por ello, el proyecto Bosque Seco La Libertad realizó una campaña de recolección de la laguna en mayo de este año con la Cooperativa Agrícola de Tecapa (CAU) y la Asociación de Artesanas del Bosque de Cañoncillo.  El material extraído de la campaña de recolección iba a ser utilizado por el Grupo de Mujeres Artesanas para la elaboración de sus artesanías, pero no se encontraron los materiales adecuados.   El equipo del proyecto encontró lana, y diferentes recursos forestales como el virulí y el cañas para que las artesanas las utilizaran.  Estos recursos ayudaron a motivar a las artesanas para que se reunieran y elaboraran sus artesanías.   Además, las mujeres recibieron formación para mejorar sus productos en talleres artesanales y explorar nuevas alternativas para su desarrollo. La venta de productos no madereros contribuye a crear medios de vida sostenibles y respetuosos con los bosques que ayudan a preservar el bosque seco.